APOYO A LA PAZ EN COLOMBIA Y RECHAZO AL REGIMEN DE NICOLAS MADURO
El Parlamento Europeo ha debatido esta tarde noche un informe dedicado a revisar la política de la UE con los países de América latina y de la comunidad del pacífico y una propuesta de resolución dedicada a la situación en Venezuela. Yo he intervenido en mi condición de vicepresidenta del grupo de trabajo parlamentario que trabaja las relaciones con la Comunidad Andina he animado a las instituciones comunitarias a seguir contribuyendo a afianzar en esta región del mundo de valores compartidos en el ámbito de los derechos humanos, la democracia y los estándares sociales y laborales porque es clave para mejorar la calidad de vida y oportunidades de sus habitantes.
Además creo que en este momento es una exigencia geoestratégica, una necesidad si queremos seguir intentando que el mundo, sus relaciones sociales y políticas, su orden comercial se asiente en valores más parecidos a los nuestros que a los de los tigres asiáticos que están tomando posiciones con gran potencia en esa zona del mundo. Todo el espacio que nosotros dejemos libre lo van a ocupar otros.
Por eso he llamado hoy a mantener e incrementar las acciones emprendidas por la UE y los países de latino américa y la comunidad del pacífico para afianzar en esta región del mundo de valores compartidos en el ámbito de los derechos humanos, la democracia y los estándares sociales y laborales. Apoyar procesos como el de Colombia, amparar a la oposición en Venezuela o firmar acuerdos comerciales justos son clave para mejorar la calidad de vida y oportunidades de los habitantes de esta región del mundo.
Entre los instrumentos con los que la UE desarrolla este trabajo creo que el apoyo, por ejemplo, a procesos de paz como el de Colombia, incluida la reinserción de los miembros de las FARC (incluida expresamente en el informe gracias a una enmienda firmada por cerca de un centenar de eurodiputados). Igualmente contribuye la firma de acuerdos comerciales justos que propician un desarrollo sostenible e integrador, o acelerando las negociaciones con los países de la alianza del pacífico o Mercosur.
Estas acciones además de una aportación a la paz, la estabilidad y la justicia social en la región América latina-Pacífico son una exigencia estratégica en un momento en que otras formas de hacer están tomando posiciones en la zona. Por eso la Agenda 2030 para el Desarrollo y sus objetivos de desarrollo sostenible, deben ser los principales instrumentos para la cooperación en todas las vertientes de desarrollo económico, social y sostenible.Me he quedado con las ganas de intervenir en el punto dedicado a la situación de Venezuela que se ha saldado con duras críticas y apoyo a sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro y la expresión de solidaridad con sus víctimas.
Vista la situación es obligatorio expresar, como figura en la enmienda presentada al respecto en el informe sobre América latina, mi total solidaridad y apoyo a las víctimas de la represión que el gobierno de Venezuela está ejerciendo contra su oposición política. Las actuaciones maduristas contra ella son una persecución, unas formas de hacer propias del régimen totalitario en que se ha convertido la república bolivariana de Venezuela contra la voluntad de la inmensa mayoría de su ciudadanía.
Por esoestoy de acuerdo con el criterio expresado por el Parlamento Europeo y otras instituciones internacionales para no reconocer la autodenominada e ilegítima “Asamblea constituyente” instaurada en un contexto de violencia intolerable, tratando de secuestrar la legitima representación de la ciudadanía que ostenta la legítima Asamblea Nacional. Es fundamental que se aceleren las investigaciones de la Corte Penal Internacional sobre la represión ejercida por el régimen de Maduro y hay que congelar los bienes de los responsables de la represión y vetar el acceso de los miembros de la constituyente al territorio de la Unión.
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