LOS EXTREMOS SE TOCAN

El Parlamento europeo ha acogido esta tarde un agrio debate sobre las iniciativas patrocinadas por los gobiernos de coalición PP-VOX en Aragón, Valencia y Castilla León para derogar las leyes de memoria histórica aprobadas por los gobiernos anteriores en esas comunidades Las comentadas decisiones son absolutamente incompatibles con el acervo comunitario que prohíbe expresamente la glorificación de cualquier régimen totalitario o la falsificación de la historia en torno a lo que fueron las dictaduras que funcionaron en la Unión durante el siglo pasado. De hecho, en el ya lejano 2014, fuimos decisivos para que en los programas europeos se incluyese el Franquismo porque se hablaba solo de nazismo y estalinismo.

Hay abundante documentación al respecto desde decisiones marco en las que se prohíbe la glorificación de estos regímenes y se instan a los estados miembros a castigar penalmente estas conductas a numerosas y recientes resoluciones del Parlamento europeo insistiendo en la importancia de la memoria democrática para combatir el odio, la discriminación y combatir el crecimiento de las opciones neofascistas.

Los parlamentarios del Partido Popular español son perfectamente conscientes de esta realidad y andaban ayer cabizbajos, conscientes de que su posición es indefendible aquí para la inmensa mayoría de un parlamento que ha respaldado las resoluciones a las que me he referido con anterioridad. Sin duda recuerdan el rapapolvo que el fallecido presidente Sassoli propinó a Vox por enviar un correo a todas las direcciones electrónicas del Parlamento europeo culpando del golpe de estado ejecutado por el criminal Francisco Franco a las autoridades e la república española. David Sassoli, una figura que en el panorama italiano podríamos comparar al perfil que tiene en el estado español Iñaki Gabilondo les recordó que esa falsificación de la historia está estrictamente prohibida por la legislación europea e internacional y contraviene hasta resoluciones sobre memoria de las Naciones Unidas.

Por eso ayer, los diputados del PP que intervinieron en el debate, los representantes de los partidos que han promovido la derogación de estas leyes no se ha referido a las mismas. Por el contrario, pusieron en tela de juicio la legitimidad del grupo socialista para proponer este debate aludiendo a presencia de EH Bildu entre los aliados que conforman la mayoría que apoya al gobierno español.

La actitud me pareció lamentable y así se lo hice saber. En mi opinión, eliminar estas leyes es “un retroceso democrático” y recurrir al socorrido “y tú más” para tratar de evadir el verdadero debate, el que pasa por intentar justificar lo injustificable es hacer exactamente lo mismo que hizo el candidato de EH Bildu a lehendakari durante la pasada campaña electoral para no llamar terrorismo a las actividades de ETA y corruptos a quienes las apoyaron

Llevo más de diez años participando en un grupo de trabajo sobre memoria aquí en el Parlamento europeo del que fue fundadora. Hemos trabajado en muchos temas. Conseguimos hasta forzar aquí una comparecencia de las víctimas del tres de marzo. Hemos visitado el valle de Cuelgamuros. Visitamos también el pazo de Meirás y hemos recordado aquí cada vez que hemos tenido ocasión que la impunidad de que disfrutaron en España los victimarios del franquismo es insólita en Europa. Conseguimos que el Parlamento se pronunciara a favor de investigar penalmente estos delitos de lesa humanidad también en España.

Sabemos por ello que la memoria sobre episodios de vulneración sistemática y continuada de los derechos fundamentales es la condición necesaria para reparar los daños causados, afrontar la verdad de lo sucedido y hacer justicia. Para no repetir dramáticos errores. Por eso es un retroceso democrático derogar las leyes de memoria que comenzaban, cuarenta años después de la muerte del dictador Franco, a recorrer el camino que falta para sanar aquellas heridas.

 Me ha dado pena por eso que los eurodiputados del PP hayan hecho un “Otxandiano” en vez de tratar de explicar las razones que según ellos pueden justificar estas decisiones, opuestas radicalmente al acervo comunitario y resoluciones aprobadas en el Parlamento europeo por amplísima mayoría. Prefiero pensar que la única por la que tragan con semejante desatrino es porque su cointinuidad en los gobiernos citados depende de los neofascistas de ultraderecha de VOX. Y aquellos exigen este “trofeo” político para mantener en el poder al PP. Siempore será mejor pensar eso que inclinarse por la tésis de que a lo mejor tiene que ver con que el fundador de ese partido y presidente de honor del mismo durante muchos años fue un ministro de Franco.

Seguramente a los, miembros del PP les parecerá que esa evolución de iun franquista como aquel hacia la democracia fue positiva y objetivamente beneficio y hasta quien sabe si no fue decisiva para eso que llamamos transición. Pensar eso es legítimo y hasta razonable. Pero cabe decir lo mismo sobre la evolución de quienes defendieron la violencia terrorista y hoy están en el camino de superar aquella barbaridad. Tampoco debe extrañarles mucho que este colectivo se resista, por el momento a asumir delante del espèjo la cruda imagen que arroja su lamentable trayectoria de criminales en un caso y cooperadores necesarios en otro. Porque derogar esas leyes de memoria es hacer exactamente lo mismo que critican.

Por eso no me extrañó tanto al final que decidiesen ahorrarse explicaciones y recurriesen al socorrido “y tú más”, por una supuesta desmemoria sobre la acción criminal y terrorista de ETA. Espero que algún día se den cuenta de lo peligrosamente parecida que es semejante conducta a la que protagonizó Pello Otxandiano, candidato de Bildu a lehendakari, incapaz en esta campaña electoral de llamar a ETA banda terrorista y corruptos a quienes, en el País Vasco ampararon y celebraron aquellos crímenes: que si trayectorias de 60 años, que si un ciclo político, que si los GAL.

Quiero subrayar aquí la palabra “corruptos” que me pareció acertadísima para describir la trayectoria de los antecedentes políticos de la actual Sortu, protagonistas, como señalaba Juan Mari Atutxa en un sentido homenaje al lehendakari Ardanza. En un ejercicio de memoria, recordaba Juan Mari que esa trayectoria, es con diferencia el mayor episodio de corrupción política vivido en Euskadi en toda su historia reciente. El apelativo voy observando que va cuajando. Normal. Quienes aplaudieron el asesinato, el robo, la extorsión, la violencia física contra los adversarios políticos siguen en activo. Pasaron todas las rayas de la decencia muchas veces. Su concepto de la transgresión es muy distinto al del resto de los operadores políticos.

En definitiva: ayer nos rebelamos una vez más contra esa amnesia que tanto ayuda a degradar el tono del debate público. A esa amnesia que ve la paja en el ojo ajeno y utiliza la viga que se le clava en el propio para atizar a modo a todo el que se pone al alcance. Y que cuenta para ello con el auxilio de un engrasadísimo aparato con terminales en todos los poderes del estado. “Quien quiera entender, como dijo el peor presidente que ha tenido el estado español desde que murió el dictador, que entienda. Quién pueda hacer que haga…”. Unos mimbres políticos y morales inaceptables para quienes nos oponemos, siempre, a la violencia, a todas las vulneraciones de derechos, sea quien sea el autor. Quienes seguimos esperando que los sucesivos gobiernos españoles resuelvan algunas injusticias que claman al cielo

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