TURBULENCIAS EN VENEZUELA Y GUATEMALA CON EL LAWFARE COMO PROTAGONISTA
Esta semana hemos tenido en el parlamento europeo dos debates sobre la situación de dos estados de Latinoamérica que parecían vivir situaciones contrapuestas, Guatemala y Venezuela. En el primer caso, Guatemala, unas elecciones libres y democráticas dieron el triunfo al movimiento “semilla”. Aun que el presidente Giammattei al que sustituirá Bernardo Arévalo no se presentó y aceptó el resultado de las elecciones el “establishment” local no hizo lo mismo. Y esa es la razón por la cual la candidata del partido gobernante que perdió, Sandra Torres, se resistió a aceptar el más que contundente resultado de las urnas. Porque le separaron nada menos que 21 puntos de los ganadores. Ese primer episodio ya llamó la atención del Parlamento europeo en el que aprobamos una primera resolución al respecto.
Pero esa oposición larvada a la decisión adoptada por la ciudadanía ha tomado otro rumbo. Para desmontar el resultado de las elecciones en este caso han contado con la colaboración de varios fiscales que huyendo de su responsabilidad han decidido protagonizar un caso de lawfare como un castillo, tan de moda por estos lares. La contundente resolución que aprobamos en este pleno describe su conducta como lo que es, un intento de golpe de estado y propone un paquete de sanciones para todas las personas implicadas en el intento de asonada.
Yo, por mi parte en el debate insté a la Unión Europea a cooperar con las autoridades legítimas de Guatemala para abortar de raíz este condenable intento de golpe de estado. Estamos presenciando unos acontecimientos lamentables por el qué: el intento de revocar ilegalmente la decisión de la ciudadanía que puso al frente del país a Bernardo Arévalo y Karin Herrera del movimiento Semilla. Vergonzoso por el “cómo” utilizando de manera ilegal, partidaria e ilegítima las instituciones del estado, degradándolas y arruinando principios como la separación de poderes y la neutralidad institucional. Cuestiones que atentan contra la calidad de la democracia en el País y los derechos fundamentales de su ciudadanía.
Por eso expresé mi completo acuerdo con la propuesta de sancionar de manera personalizada a los responsables de esta actuación antidemocrática, y suscribí los llamamientos para seguir monitorizando la situación, recuperar la plena libertad de prensa y expresión y liberar a las personas detenidas arbitrariamente. Espero del presidente Giammattei una actitud consecuente rechazando públicamente todo tipo de maniobras para evitar que el Presidente electo Bernardo Arévalo jure su cargo el 14 de enero del 2024.
VENEZUELA
Esa mis a tarde volvió al parlamento la situación de Venezuela. El proceso de dialogo abierto en México con la oposición y ciertas señales emitidas por el autócrata que mal gobierna el país hacían presagiar que, tras años de bloqueo, la situación del país podía mejorar. Pero el proceso se ha detenido abruptamente cuando el gobierno de Maduro ha emprendido una peligrosa deriva en la gestión del largo contencioso que mantiene con la Guyana por el territorio de Esequibo. Además, ha decidido mezclar ese problema con unas detenciones y amenazas de procesamiento de los principales colaboradores de la recién elegida jefa de la oposición Corina Machado acusándoles de estar patrocinando los intereses de Guyana en este contencioso. Los finísimos juristas que copan las más altas instancias del poder judicial venezolano también se aplican al lawfare y rondan, códigos en mano sobre el proceso de primarias que dio el liderazgo de la oposición a Maduro a la fundadora der “Súmate”.
Por eso tuvimos otro debate en el pleno en el que destaqué que el régimen de Venezuela está dando estos días síntomas de querer revertir los tímidos avances realizados para acabar con la crisis política, económica y humanitaria en que está sumido el país bajo el régimen de Nicolás Maduro. El anuncio del procesamiento y la amenaza de detención que pesa sobre Claudia Macero, Pedro Urruchurtu y Henry Alviárez, colaboradores principales de la líder de la oposición Corina Machado, es una mala noticia.
Según todos los indicios parece responder más a un impulso político que jurídico. Se cruza además con la agitación del conflicto territorial por la titularidad del territorio de Esequibo, otro clásico cuando algún régimen autoritario quiere despejar problemas de gestión y acallar voces críticas. En este caso se trata de asociar a la oposición con las posiciones que mantiene la Guyana, identificarlos con los supuestos enemigos de Venezuela y contaminar así un debate y una confrontación electoral abierta y plenamente democrática en el país. Por eso hice un un llamamiento a la cordura, a seguir explorando el dialogo como solución a la crisis venezolana y también para reconducir las relaciones con La Guyana. Afortunadamente, ayer mismo los presidentes de ambos estados protagonizaron un encuentro en el que se avanzó hacia la distensión
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