GAZA LA TRAGEDIA DE UTILIZAR LA BARBARIE AJENA PARA JUSTIFICAR LA PROPIA
El Parlamento Europeo ha vuelto a acoger un debate sobre la crisis humanitaria que se viven en gaza y Cisjordania después de que el ataque terrorista de Hamas perpetrado en suelo israelí el pasado 7 de octubre produjese casi 1.500 víctimas mortales trágico balance al que se añadió el secuestro de más de 200 personas. Desde que se produjo el ataque la euro cámara ha conseguido aprobar una resolución común que solicitaba un alto el fuego humanitario aunque fue muy difícil de acordar. Por eso y a la vista de cómo evolucionan las posiciones de los grupos se ha preferido no arriesgar el consenso conseguido ante el riesgo de que el texto pueda suponer un retroceso respecto al acordado.
Yo siguiendo nuestra posición en este conflicto he insistido hoy en la necesidad de que la Unión Europea esté unida en la exigencia de un inmediato alto el fuego en Gaza y he señalado la solución de los dos estados como vía política para resolver el conflicto entre Israel y Palestina. Pero además he exigido que se libere a los rehenes secuestrados, que se lance una investigación inmediata de los crímenes de guerra cometidos. Los israelíes piensan que tras su campaña en la franja se pone el acento en su responsabilidad en este conflicto y el lanzamiento de esta investigación puede determinar las responsabilidades de cada parte. pero hay otra conducta que de ser adoptada por ambas partes contribuiría a la paz.
Las redes sociales están repletas desde que se produjo l ataque de pavorosas imágenes de muerte, destrucción asesinatos crueles y expresiones inhumanas de sufrimiento.. Pero lamentablemente no se utilizan para descalificar la barbarie para poner en primer plano que ningún ser humano puede considerar digno ni justo tratar de ese modo a un semejante. Por el contrario, se utilizan para hacer “comprensible” lo que cada parte hace. Por eso en el plano ético dejar de utilizar la crueldad del otro para justificar la propia es fundamental para des escalar el conflicto.
En este contexto, creo que dedicar las más contundentes condenas a los ataques de Hamas del siete de octubre, espoleta de la penúltima y más grave crisis que se vive en Gaza y Cisjordania en los últimos años, obliga a rechazar, con la misma contundencia, la ilegal respuesta de Israel para reprimirlos.
Ante la convicción de que durante este conflicto se han cometido crímenes de guerra y se ha violado el derecho humanitario internacional estamos igualmente obligados desde el derecho, a que la Corte Penal Internacional active con la misma celeridad que en Ucrania, su maquinaria de investigación para depurar responsabilidades por acciones que son claramente crímenes de guerra. Nos jugamos la credibilidad de un instrumento clave para hacer valer las normas que intentan evitar que la guerra ya de suyo inhumana se convierta en lo que estamos viendo estos días el oriente próximo.
Esta investigación debe completarse con actuaciones en otros dos planos más para contribuir a la solución de la crisis. En lo político hay que defender las resoluciones de las Naciones Unidas y la solución de los dos estados”. Pero en el plano ético y moral tenemos que exigir un alto el fuego inmediato y la liberación de los rehenes. Y defender una receta de paz y palabra, para detener la escalada. Se trata de reconocer, rechazar y renunciar a la barbarie. Basta con dejar de utilizar la crueldad del otro para justificar la propia. Así se fraguó la Declaración Universal de los Derechos Humanos que cumplió esta semana 75 años.
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