POR UN MARCO EUROPEO DE APOYO A LAS PYMES CON MEJOR FINANCIACION Y ACCESO A LOS PROGRAMAS EUROPEOS
El Parlamento Europeo ha acogido esta tarde un debate sobre la situación de las pequeñas y medianas empresas en Europa que se saldará mañana con la aprobación de una resolución. La euro cámara recuerda en el texto que se votará, el papel sustancial que el tejido productivo que forman estas empresas en la economía de la Unión. Actualmente el 99% de las empresas comunitarias son pequeñas y medianas y en ellas trabajan más de 100 millones de personas. Esa realidad supone el 50% del PIB de la Unión. Solo el 17% de ellas han completado con éxito un proceso de digitalización que ha transformado completamente sus modos de operación o les ha abierto nuevas oportunidades de negocio.
En ese contexto he apostado hoy por la puesta en marcha de un marco específico de apoyo a las pequeñas y medianas empresas europeas para despejar las incertidumbres que afrontan a causa de la inflación, la subida del precio del dinero, la escasez de materiales y otras coyunturas, como la energética, ligadas a los efectos de la pandemia y la invasión de Ucrania. Con una subida de tipos de interés que parece no tener límite es imprescindible diversificar las fuentes de financiación. Por eso hay que ir acercando progresivamente este tipo de empresas a los mercados de capitales y viceversa.
Hablando de dinero, financiación y liquidez, en el minuto que he tenido no he podido hablar de otro gran drama: el peso que tiene la morosidad en la vida cotidiana de las Pymes. trabajar de manera decidida y diría que radical para acortar los plazos de pago, especialmente desde el sector público y acelerar en procesos digitales de pago que permiten detectar problemas de pago y tomar medidas a tiempo.
Profundizando en esta línea hay que acabar también con el galimatías que suele suponer participar en alguno de los programas europeos de apoyo a la actividad productiva y el emprendimiento y la innovación. En esa línea vamos a apoyar la idea de mejorar la definición de lo que es hoy una Pyme. Pero además hay que trabajar en la estructura de la Comisión para que haya una unidad especialmente dedicada a atender a este sector de empresas y emprendedores, detectar y corregir los problemas más frecuentes y adaptar mejor al suelo y la diversidad los programas comunitarios.
Otra parte capital de esta estrategia es disponer de un marco fiscal armonizado y previsible a nivel UE para evitar que estas diferencias alteren las condiciones de competencia en el mercado único, pero además para facilitar las operaciones trans fronterizas y combatir la elusión fiscal y sus nefastos efectos sobre la recaudación neta de las haciendas europeas.
Los contundentes datos que certifican que más de 100 millones de europeos trabajan en una Pyme, certifican que estas empresas son fundamentales para la competitividad de la Unión porque crean riqueza y empleo. Pero, además generan el tejido que hace Europa atractiva para empresas de otra dimensión. Hoy presionadas por la inflación, los tipos de interés, la escasez de materias primas,la energía… es más urgente que ayer establecer ese marco europeo de apoyo.
En mi intervención además de dibujar ese panorama general he querido hacer hincapié en tres aspectos, transformación productiva, formación profesional y movilidad del personal e innovación no solo tecnológica. Apoyemos a las Pymes en sus procesos de digitalización y des carbonización desde la perspectiva técnica y financiera. Redoblemos esfuerzos en la formación profesional que junto a una movilidad laboral más fluida deben resolver el problema de falta de personal cualificado. Porque profesiones que ayer pensábamos del futuro son realidades hoy y siguen evolucionando en nuestro tejido productivo. Finalmente pensemos que la innovación tecnológica, multiplica sus efectos cuando también innovamos en marketing y organización.
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