LAS NUEVAS PROPUESTAS DE PESCA DE LA COMISIÓN EUROPEA IGNORAN AL SECTOR PESQUERO

La Comisión de Pesca del Parlamento Europeo ha sido escenario hoy de un intercambio de puntos de vista sobre la revisión de la Política Pesquera Común y el plan de acción de la Unión para la protección y la restauración de los ecosistemas marítimos en aras de una pesca sostenible y resiliente, que plantea la prohibición de la pesca de fondo para 2030. Es mi obligación subrayar que en ambas propuestas se mencionan los problemas que hay que enfrentar, pero no se tienen en cuenta las causas que los provocan. El origen de ese desenfoque está en el hecho de que para la Comisión Europea la pesca no parece ser un sector estratégico. De hecho, esta comunicación ha comenzado hablando de sostenibilidad ambiental y pacto verde. Y resulta imposible distinguir en ella al responsable de pesca que debería haberla suscrito del titular de la cartera europea de medio ambiente que sigue completamente ajeno a la realidad de que las personas y comunidades costeras son parte del biotopo, del medio que hay que proteger.

El asunto pinta mal. El contenido de los dos documentos es uy preocupante porque, una vez más no encontramos en ellos ningún rastro de que el portfolio del departamento que ha planteado las propuestas tenga algo que ver con el mundo de la pesca. De hecho, la hoja de ruta para el sector pesquero planteada por la Comisión Europea para los próximos años ignora que el equilibrio social y económico de la actividad son complementarios con el equilibrio ambiental con que debe ejercerse esta actividad y en conjunto garantizan la sostenibilidad y resiliencia del sector. Esta viene siendo una constante de los últimos años y está generando una verdadera revuelta en un sector que ha realizado un esfuerzo tremendo por adaptar sus prácticas y capacidad a las posibilidades de pesca y que no tiene reconocimiento alguno por ello.

Es más, en muchas de estas comunicaciones se percibe una desconfianza hacia el sector que nace sin duda de la falta de contacto y conocimiento que los actuales rectores de este departamento tienen de la realidad que se vive en puertos y empresas dedicadas a la extracción, transformación y venta de productos del mar. Tanto el plan de acción como la actualización de la Política Pesquera Común insisten en esta visión e ignoran por completo las expectativas, visión y posicionamiento de un sector pesquero que masivamente rechaza estos planteamientos.

Por eso he insistido y reiterado que el sector es el primer interesado en la sostenibilidad y he querido realizar una declaración expresa de nuestro apoyo a la innovación, la digitalización y la modernización del sector para hacerlo más resiliente y sostenible y que avance con el resto de los sectores europeos. Pero ese proceso debe hacerse con el sector. Yo no sé con quienes han realizado las consultas preceptivas para escribir estas dos comunicaciones. Lo que sí sé es que hay una oposición frontal entre los profesionales a estas propuestas.

Y los profesionales dicen cosas muy sensatas. por ejemplo, que se cuente con estudios científicos que avalen las medidas que se toman, porque las medidas adoptadas hasta la fecha han propiciado una evidente recuperación de muchas especies que hacen incomprensibles nuevas y, al parecer arbitrarias restricciones. También he puesto ejemplos de buenas prácticas de auto regulación basadas en la cooperación entre productores, organizaciones de protección del medio y comunidades costeras y he destacado que la conclusión en todas esas experiencias es que este tipo de colaboración es la que ofrece los mejores resultados.

En cuanto a la reflexión sobre la política pesquera común creo que los planteamientos que contiene son cortoplacistas y no se internan en una reflexión estratégica sobre el futuro del sector a largo plazo.Hay más propuestas que medidas sin que se precisen financiación, ni plazos. En estas condiciones no se anima precisamente el relevo generacional que necesita mejores condiciones, mejores barcos y un panorama previsible, estable y con visos de rentabilidad.

Finalmente, y ese es otro asunto que me produce una enorme preocupación, estas políticas condenar a la desaparición a la pesca industrial cuando la pesca a pequeña escala por sí misma no puede responder a la demanda del mercado europeo. estaría bien que la Comisión aclare si quiere acabar, de verdad, con la pesca industrial. Hay una enorme incoherencia entre las restricciones que se plantean, excesivas a la vista de los positivos resultados que han dado las medidas adoptadas por la actual PPC para conservar los stocks, y las necesidades del mercado europeo de productos del mar. Frente a una demanda creciente la flota sigue reduciendo su capacidad y posibilidades de pesca mientras aumentan las importaciones desde países que no son precisamente ejemplares por sus prácticas de pesca.

En nuestra reciente visita a Ecuador hemos comprobado que es la flota china la única beneficiada hasta la fecha de los incrementos de contingentes de atún envasado para la industria transformadora. No parece ejemplar que ocurra esto. La flota China no destaca precisamente por sus estándares ambientales ni sociales. Mientras a nuestra flota, que ha realizado enormes esfuerzos para ser sostenible, le impedimos pescar estamos metiendo por la puerta de atrás en nuestro mercado unos productos que no cumplen nuestros estándares.

 

 

 

 

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