PROTEGER LOS DERECHOS LINGÜISTICOS DE LAS MINORIAS NACIONALES FORTALECE LA UNIÓN EUROPEA
El Parlamento Europeo ha debatido esta tarde una propuesta de resolución pactada por Populares, Socialistas, Renew, Verts ALE y GUE/NG en cuyo artículo 20 se decantan por apoyar la principal reivindicación del “Minority Safe Pack. En concreto se plantea que la Comisión «dé curso a esta iniciativa y proponga actos jurídicos basados en los Tratados de la Unión, el Reglamento sobre la iniciativa ciudadana europea y el principio de subsidiariedad y proporcionalidad» para proteger los derechos de las minorías nacionales que están en juego para cincuenta millones de personas.
Como recordaréis Bruselas tuvo que corregir su intención inicial de no atender esta petición tras obligarle a ello una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Antes de llegar a pleno el contenido del Minority Safe pack fue analizado también en una sesión conjunta de las comisiones parlamentarias de asuntos jurídicos y cultura del parlamento .
El debate en la sesión plenaria de hoy es un nuevo avance en el recorrido institucional de una iniciativa en la que EAJPNV se implicó desde el principio. Cuando se lanzó el Minority Safe Pack organizamos una reunión para promover en las comunidades vasca y navarra y en Iparralde la recogida de firmas. Igualmente nos encargamos de realizar la versión en euskera de la página web que apoyó la campaña en toda la unión. El Parlamento vasco aprobó igualmente una declaración institucional en favor de esta iniciativa. Finalmente se calcula que cerca de 50.000 de las 1.200.000 firmas recogidas en la Unión salieron de los territorios del euskera.
Tras varias intervenciones en estos años en todos los tonos imaginables, hoy he recurrido a las emociones y la empatía para tratar de hacer entender a quienes permanecen ajenos a este problema cual es la sustancia principal del mismo. He tratado de transmitir además otro mensaje fundamental: proteger los derechos lingüísticos de las minorías nacionales europeas, en tanto que contribuye a la diversidad, fortalece el proyecto de la Unión Europea. Ese es el objetivo de la Iniciativa Ciudadana Europea “Minority Safe Pack” que avalaron con su firma más de 1.200.000 ciudadanos de la Unión.
Por eso he iniciado mi intervención poniendo el ejemplo de dos personas euskaldunes, que vivieron la etapa de persecución y prohibiciones que desencadenó el franquismo contra el euskera y la cultura vasca enfrentados a dos situaciones en las que la precisión que ofrece la lengua materna ofrece seguridad y calma en momentos siempre comprometidos.
He evocado una consulta médica o una compleja explicación administrativa relacionada con un asunto que te afecta directamente como las pensiones. Un tema que se desenvuelve en un marco jurídico complejo y un montón de situaciones en las que los detalles son fundamentales. Creo que todos preferiríamos enfrentarnos a este trámite en nuestra lengua materna. Hilaria y Aurelio, también. Pero…son euskaldunes. Hoy la lengua vasca es oficial en el País Vasco. Pero tantos años de persecución dejaron huella. Se han impulsado logros increíbles, pero en muchos ámbitos de la administración, especialmente la que depende del gobierno del estado algo tan importante sigue siendo imposible.
Tras describir este panorama, he presentado entonces a los protagonistas de mi historia,Hilaria y Aurelio, mis padres, o yo misma y he recordado que, pese a los esfuerzos realizados para conseguirlo, no siempre podemos usar nuestra lengua donde más la echamos de menos. Por eso necesitamos que se proteja nuestro derecho a vivir en Euskera, que es también parte de la diversidad que une Europa. Una diversidad que genera desarrollo y fortalece la unión.
Si nos creemos el concepto de diversidad y escuchamos y asumimos lo que muchas veces les ocurre a Hilaria y Aurelio, o a mí, hasta los más conspicuos partidarios de la lengua del imperio podrán en este ejemplo reconocer varias claves. Y quizá empiecen a darse cuenta de que hablar de “imposición” cuando se pone en euskera como mérito en una oposición para trabajar en la administración en el país vasco es una broma de muy mal gusto. Porque supongo que a todas las personas que manejan esos esquemas les parecerá insólito que en España se encuentren un médico en su consulta que les obligue a explicarles sus penas en un idioma que no sea su lengua materna.
También les resultará fácil comprobar que, en el más euskaldún de los pueblos de Euskadi un castellano hablante podrá invocar legalmente y satisfacer materialmente su derecho a ser atendido en castellano. No puede decirse lo mismo a la inversa. Hablamos de derechos fundamentales, pero claro son fundamentales cuando los invocan en castellano, pero les parecen una amenaza si se invocan en euskera. En algunos ámbitos de la administración española, en los que un recalcitrante centralismo campa por sus respetos, volvemos con facilidad a los tiempos del “hábleme en cristiano”
Por eso necesitamos y apoyamos el Minority Safe Pack: Una protección europea para derechos fundamentales de más de cincuenta millones de europeos. Como acabo de explicar, a la hora de hacer valer estos derechos, los que nos llaman nacionalistas no tienen en cuenta ni el vigor de la lengua, ni el número, ni la voluntad de sus hablantes. Simplemente imponen, cuando hay que arbitrar, la visión selectiva y estrecha de la propia diversidad que tienen algunos estados miembros. En algunos casos la negativa roza el esperpento. Siempre recuerdo el auto, uno más jurídicamente incomprensible, que firmó el presidente del tribunal que juzgó el “procés” en el que justificaba que personas que se van a jugar en un proceso una pena de cárcel no puedan sustanciarlo en su lengua materna, oficial en el territorio en el que viven. el “Solo faltaría” en que se traducían aquellos “argumentos jurídicos” revela toda una mentalidad que califica al excelentísimo «tolerante» que lo firmó. Puedo asegurarle, en todo caso que si juzgase a mi padre en castellano vulneraría gravemente su derecho a un juicio justo.
Es ese tipo de mentalidad rotunda y ranciamente nacionalista, el que ve ideas y posiciones excluyentes en el ojo ajeno y presume y considera meritorios los actos de fuerza e imposición que ejerce desde su identidad, su lengua y cosmovisión. Hechos que configuran más que una viga, una ristra de pilares de ignorante intolerancia en el propio. De esa sustancia se construye el arbitraje que impide que sean oficiales en el Parlamento Europeo lenguas más habladas que otras que sí lo son porque tienen estado. Luego hablan de imposición, de nacionalismo de campanario y similares y se extrañan que pidan un estado propio quienes, en nombre del nacionalismo que les limita, sufren, sufrimos este tipo de mentalidades y abusos.
Por eso, me he animado a terminar resumiendo en euskera: Horregatik hizkuntza gutxituetako hiztunen eskubideak aktiboi babestu beharko lituzkete Europako erakundeek. Ekiteko garaia da. (Los derechos lingüísticos de las personas que hablan lenguas minorizadas necesitan protección activa por parte de las instituciones europeas. es tiempo de actuar”. Esta misma conclusión en diferentes lenguas minorizadas europeas ha cerrado las intervenciones de otros eurodiputados pertenecientes a minorías nacionales.
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