MORIA, ACTIVIDADES Y PROPUESTAS FRENTE A INACCION E INHUMANIDAD

| 17 septiembre 2020 | Comentarios (1)

Hoy he vuelto a reivindicar el papel local y regional en los procesos de decisión sobre las políticas migratorias europeas en el marco del debate que ha celebrado esta mañana el Parlamento Europeo sobre el incendio en Grecia del campamento de Moria.  El campo de refugiados de Moria, el incendio que lo ha destruido y la crisis que padecen hoy las 12.000 personas que malvivían allí es un precio más de la No Europa. Nadie puede vivir bien en aquellas condiciones. Hay que poner en marcha un reparto de cuotas de acogida y acabar con la negativa de muchos estados a asumir su responsabilidad y cumplir las leyes de asilo.

La inacción y el bloqueo que imponen muchos estados contrasta con el dinamismo, la actuación y las propuestas de muchas regiones, como Euskadi. Nuestro pequeño país lleva años impulsando la propuesta Share para calcular las cuotas de acogida con criterios objetivos como la recaudación fiscal, la población o los índices de paro. La consejera Artolazabal se ha ofrecido a acoger víctimas del incendio. Ahí está también la iniciativa de rescate que protagoniza el Aita Mari o los cientos de vascas y vascos enrolados en ONGs de auxilio a los inmigrantes y refugiados.  Regiones y ciudades son las que acogen, las que prestan servicios. El día que se tenga en cuenta su opinión, que se les permita participar en las decisiones, se humanizará la política de inmigración.

Por eso he contrastado esta mañana la propuesta Share que impulsa Euskadi con un grupo de regiones para fijar cuotas de acogida de refugiados y el ofrecimiento efectuado esta misma semana por la consejera Artolazabal para recibir víctimas del incendio que ha destruido el campo de refugiados de Moria con la pasividad de muchos estados frente a esta tragedia.

Afortunadamente hay señales positivas que auguran un cambio, como la actitud persona de la Presidenta Von  der Leyen y los esfuerzos desplegados por la Comisión Europea para impulsar una respuesta rápida, coordinada y compartida por los estados miembros para afrontar esta coyuntura. Pero como siempre muchos estados han vuelto a bloquear soluciones europeas no solo frente a esta coyuntura, sino frente a cada intento del Parlamento o la Comisión Europea por ofrecer una respuesta compartida al mayor movimiento forzado de personas que ha vivido el mundo en toda su historia.

Frente a esa actitud inhumana y cicatera hay que poner especialmente en valor el esfuerzo desplegado por Euskadi para activar una alianza de regiones para impulsar la propuesta Share, que plantea una metodología de reparto de inmigrantes por cuotas que se calcularían sobre la base de ingresos fiscales, población y paro. El proceso de ir sumando regiones a esta iniciativa se ha ralentizado por la crisis del Covid, pero el ejecutivo vasco sigue empeñado en impulsarla. En esa línea debe leerse la oferta realizada esta misma semana por la consejera Beatriz Artolazabal para acoger refugiados procedentes de Moria. La consejeraha remitido esta oferta tanto al gobierno de España como a la Comisión Europea y desde mi posición de Euro diputada, como hemos hecho hasta la fecha, vamos a seguir trabajando para que esta vía de trabajo se abra camino en las instituciones comunitarias.

Para poner en perspectiva lo que ocurre bastaría mirar a la historia de Europa receptora y emisora de personas de y a todo el mundo. Es igualmente oportuno hacerse eco hoy del informe publicado por el Instituto vasco de estadística que constata que el pasado año 2019 ha registrado el saldo migratorio más positivo en Euskadi de los últimos veinte años, al crecer la población por ese concepto en 19469 personas. Según los datos del EUSTAT, el 66 % de las personas inmigrantes y el 44 % de las emigrantes tenían nacionalidad extranjera. Así, las personas llegadas al País Vasco con nacionalidad extranjera fueron 34.687, alrededor de dos tercios del total. De ellas, 7.239 vinieron desde otras comunidades autónomas, principalmente desde Madrid, Cataluña y Andalucía, y 27.448 de otros países.

Estas cifras de muestran nuestra vocación de acogida y certifican que en el mundo global los movimientos de población son constantes y que los paises con mayores problemas demográficos necesitan a estas personas. Europa es un continente envejecido con muchas zonas despobladas. Es un sinsentido insistir en la tesis de la Europa fortaleza por razones humanitarias, pero también por razones sociales, económicas y culturales.

 

 

 

 

 

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