CONTRA UNA GUERRA COMERCIAL Y BUSCANDO ALTERNATIVAS

| 4 octubre 2019 | Responder

Junto con la Comisaria Malmstrom, en el pleno en que se debatieron el año pasado las primeras amenazas de medidas proteccionistas desde la administración Trump. Le transmití la preocupación de la industria vasca y nuestra disposición a colaborar.

Ayer salí de viaje hacia Buenos Airee porque este fin de semana tengo que asistir a la reunión anual de la red de partidos Liberales de América latina (RELIAL) a la que he asistido en los últimos años en mi condición de vicepresidenta de la delegación parlamentaria de la Comunidad Andina. Pero antes de coger el vuelo que acaba de aterrizar en la capital argentina leý las últimas informaciones sobre la crisis que el inefable Trump parece dispuesto a abrir imponiendo aranceles a productos agropecuarios y aeronáuticos de los estados que apoyaron a Airbus en los procesos de innovación que aplicaron para construir sus aeronaves más grandes.

Si hay alguna estrategia perdedora hoy, esa es la de abrir una guerra comercial. Bush padre ya lo intentó con catastróficos resultados para todos en general, pero para su economía en particular. Pero ese recuerdo, esa experiencia no parece animar al actual presidente a ser más prudente.

Afortunadamente hemos tenido estos años en Europa una gran comisaria de comercio. Cecilia Malmstrom ha realizado un enorme trabajo. Estuvo a punto de firmar con la administración Obama un acuerdo trasatlántico, el denostado TTIP que nos hubiese protegido de estos vaivenes. Cuando irrumpió la actual administración y lo puso todo patas arriba no se desanimó y siguió cultivando las relaciones que había construido y todo aquel patrimonio no se ha perdido. De hecho, ha sido clave para evitar que las amenazas que ya lanzó Trump el verano pasado para abrir esta vía pudiesen despejarse.

Así hace ya más de un año se planteó una negociación sobre las medidas de apoyo en ambas zonas económicas a la industria aeronáutica. El apoyo de varios estados europeos, concretamente Francia, Alemania, Gran Bretaña y España a Airbus es el asunto concreto que ha dado lugar a la resolución de la organización Mundial de Comercio que ha reavivado las intenciones de Trump. Por el momento no hay respuesta para una propuesta que podría despejar esta nueva amenaza.

La preocupación es enorme y el impacto que puede tener en Euskadi la aplicación de estas medidas proteccionistas puede ser brutal. Afecta principalmente al sector primario, concretamente al vino de rioja y al Txakoli y a las producciones aeronáuticas. Por eso he estado trabajando durante el vuelo en una iniciativa que hemos presentado en cuanto he recuperado la conectividad.

En la iniciativa, que os podéis descargar completa desde aquí, recuerdo que El País Vasco, por el peso que tiene en este sector aeronáutico protagonizó el 15% de las ventas estatales el año pasado en aquel mercado. También informo que vendimos vino a los Estados Unidos por valor de 30 millones de euros. Este impacto se repite en todos los estados que apoyaron en su día los programas de innovación en Airbus. Tras mostrarme completamente contraria a abrir una guerra comercial utilizando el principio del “arancel por arancel” versión comercial del “ojo por ojo me intereso por si las negociaciones emprendidas sobre los subsidios a la industria aeronáutica (el gobierno americano también apoyo a Boeing) pueden dar algún fruto o, por el contrario, decaerán a la vista del fallo de la organización Mundial de Comercio.

la Comisión Europea tiene hace ya meses preparada una lista de productos para responder a un posible rearme arancelario por pate de los Estados Unidos. Algunos cálculos estiman que su aplicación podría costar a la economía estadounidense cerca de 20.000 millones de dólares. Entrar en esa carrera es siempre arriesgado y peligrosos porque indefectiblemente se sumarán rápidamente nuevos sectores y productos y se puede producir una escalada de imprevisibles consecuencias. Por eso y pensando en algunos de los temas que fueron piedra de toque en la negociación del TTIP me intereso por la posibilidad de esgrimir otros argumentos. Una idea podría ser el contraste entre los estándares sociales, sanitarios o ambientales con que producimos aquí y los que se aplican en los estados Unidos. Creo que en ese contraste llevamos las de ganar y creo también que un debate social sobre esa cuestión puede ayudar a poner en valor aquí nuestro modelo social y abrir un debate muy interesante allí, vistas especialmente las propuestas de la administración Obama que más seducían a aquel electorado.

Finalmente me intereso por las medidas directas que podrían arbitrarse a nivel europeo para ayudar a los sectores afectados a superar esta situación. ya os contaré qué nos contestan. El debate está lanzado. Nuestra ventaja, el trabajo de fondo, silencioso, eficaz y con grandes resultados que ha realizado en estos años Cecilia Malmstrom. Una POLITICA con letras mayúsculas que, además gestiona en femenino.

 

 

 

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