EL LUNES RECORDAMOS EN PARIS QUE NOS ROBARON LA SEDE DEL GOBIERNO VASCO EN EL EXILIO

 

La sede del Gobierno Vasco en París con la Ikurriña ondeando en su balcón principal.

Este lunes comienza en Estrasburgo el último pleno de esta legislatura europea. Antes de llegar a la capital de Alsacia voy a detenerme en París para hacer algo que tenía ganas de hacer hace mucho tiempo. Hemos conseguido que el grupo de Eurodiputados que trabajan en el grupo de Memoria Histórica haya incluido en su programa de actividades y entre sus objetos de preocupación, el problema que tiene la historia de Euskadi con la sede del Gobierno Vasco que funcionó en París, en dos etapas diferentes durante el exilio. Así que el lunes a las doce del mediodía estaré en el número 11 de la Avenida Marceau para insistir en la necesidad de que se cure esta vieja herida.

Esta actividad del grupo de memoria del Parlamento Europeo está incluida en una serie de actos de recuerdo del ochenta aniversario del final de la Guerra (1936-1939) que causó en el estado más de un millón de muertos, acabo con la legitimidad republicana e instauró una dictadura que duraría cuarenta años. Un régimen sanguinario que propició que España sea hoy, tras Camboya, el estado del mundo con más desapariciones forzosas. Por eso y a los efectos de recordar esta efeméride nos reuniremos también entre dos y cuatro de la tarde en la Asamblea Nacional (Salle 23) con diputados franceses y representantes del exilio republicano para señalar esta fecha en el Parlamento de uno de los países que más exilados republicanos acogió. Allí también recordaremos el papel que tuvo Francia en la increíble historia que afecta al edificio que visitaremos al mediodía.

La historia de este edificio es simple. Lo adquirieron exilados vascos en américa miembros del PNV. Lo cedieron para su uso al gobierno vasco cuando, durante la guerra se abrió una delegación de esta institución en el exilio. Cuando los Nazis tomaron parís, por sugerencia de franco, incautaron el edificio y se abrió una causa judicial para robarlo “legalmente” la justicia bajo la ocupación nazi falló a favor del gobierno dictatorial y de ese modo se hicieron con la propiedad del edificio.

Cuando París fue recuperada por los aliados, en 1944 se recuperó el edificio y finalmente y tras una serie de pleitos los franquistas consiguieron que la justicia francesa se lo adjudicase en 1951. La sentencia estuvo propiciada por las maniobras que se realizaron en su día para proteger la propiedad, mediante su transmisión a una sociedad que tenía por objeto protegerla de la rapiña fascista. Fue, simple y llanamente un robo propiciado por las circunstancias geopolíticas de la época. Hubo en aquella incautación más política que derecho. Nosotros seguimos manteniendo abierta esta cuestión y en la próxima legislatura europea vamos a devolverla, al territorio en que debe resolverse: el de la política. Este es el segundo eslabón de la cadena que, a nivel europeo hemos puesto en marcha para que las autoridades francesas sean perfectamente conscientes del papel que tuvieron en este robo. Aquí os facilito un artículo escrito por Iñaki Anasagasti que narra la visita que en 2005 diputados y senadores de EAJ-PNV realizaron al edificio. Muy interesante leer las palabras del lehendakari Agirre cuando fue desalojado de lo que fue un espacio muy importante para entender la acción exterior del Gobierno vasco de ayer y de hoy.  

Por eso esta es una reivindicación que mantenemos y mantendremos. ha llevado a parís al Lehendakari Urkullu. Ha propiciado debates parlamentarios de cuyo contenido se deduce con toda claridad que todo el mundo sabe que tenemos razón. El asunto llevó a parís también recientemente, al presidente de EAJ-PNV. Yo misma he traído al pleno del parlamento europeo este asunto en más de una ocasión. Ahorab el factor diferencial es que el grupo de memoria del parlamento, en el que participan todas las fuerzas estatales representadas en Europa excepto el PP y Ciudadanos, nos acompaña en esta reivindicación. Y desde luego hemos hecho honor al compromiso que adquirimos de trabajar por la reparación de este tipo de injusticias.

Este tema, el ochenta aniversario del final de la guerra civil fue también objeto esta misma semana de unas jornadas cuyo programa podéis ver en este cartel, en las que se analizó el periodo transcurrido desde tres perspectivas. El seminario fue organizado por mis compañeros del grupo de memoria Jordi Sole, Josep María Terricabras y Ernest Urtasun.

 

A mi me tocó redactar las conclusiones que comparto con vosotros aquí y en las que también mencioné el contencioso sobre el palacete de la avenida Marceau. Como la conferencia estaba organizada en tres paneles diferentes, presenté las conclusiones con la misma lógica.El primer panel me sirvió para entender por qué encontramos aún en Europa tantas reticencias para reconocer y abordar el problema de las víctimas del franquismo. También las consecuencias sociológicas de la guerra de España y los más de cuarenta años de dictadura.

Como se ha explicado la llamada por la propaganda “guerra civil” fue en realidad la Guerra de España. Se produjo en la península Ibérica. Algunos conflictos locales fueron su causa próxima. Pero era fruto también de un estado de cosas en Europa que luego se expresaría en la segunda guerra mundial y especialmente en la “guerra fría”.En la guerra de España se anticipó el choque entre lo que luego llamamos “civilización occidental” y el comunismo. Militar contra esa ideología permitió al régimen de Franco obtener comprensión y reconocimiento de las principales potencias europeas. De hecho determinó, primero, la no intervención de las no fascistas en auxilio de la República y después la pasividad ante las atrocidades de la dictadura.

  • Por eso las políticas europeas de memoria hablaban de nazismo y estalinismo. Solo gracias a la iniciativa de este grupo de la memoria empezaron a incorporar otros regímenes totalitarios.
  • Por eso cuesta tanto en Europa que asuman que las secuelas de aquel conflicto y la dictadura permanecen vivas en España. Porque hay conciencia de aquella pasividad y es muy cómodo ignorarla. Y la mejor forma de intentarlo es insistir en aquella pasividad.
  • Por eso se santifica por aquí la llamada “transición”. Se sigue insistiendo en la existencia de un acuerdo para zanjar aquel pasado. Se sigue ignorando que los problemas que hay en España para asumir valores europeos fundamentales como la diversidad son fruto de la escuela franquista, del llamado franquismo sociológico. Y se obvia que algunos de estos valores están muy bien representados en la cúpula de algunos poderes del estado.

En consecuencia, hay que recuperar el eslogan “No pasarán”. Porque esos valores totalitarios resucitan hoy en España y en Europa, se exhiben sin vergüenza y se promueven desde algunos medios. Hay que darles una respuesta pacífica, democrática y razonada. Y hay que resucitar igualmente la versión civil de las Brigadas Internacionales que en este caso deben encargarse de comprometer a los demócratas europeos. Hay que combatir las ganas de olvidar el penoso papel que algunos estados europeos jugaron durante la guerra de España y la dictadura.

El segundo panel, titulado “la lucha continúa, me confirmó lo que nos transmiten las muchas víctimas que nos han visitado estos años en el marco de nuestro grupo de trabajo sobre memoria. La lucha continúa porque el sufrimiento que produjo la Guerra de España sigue vivo. No es, como suelen decir los herederos ideológicos del franquismo, una cuestión del pasado. Ese sufrimiento afecta hoy a miles de personas.

Si ese sufrimiento es patente en España, donde cien mil familias buscan a sus familiares en fosas comunes y cunetas, este panel me ha ayudado a comprender que este sufrimiento también afecta a los exilados y deportados que produjo la guerra y que viven y recuerdan en otros estados de la Unión. ¿Por qué?:

  • Porque reconociendo la solidaridad de mucha gente aquí nos han explicado que las autoridades francesas de ayer no acabaron de reconocer la lucha de aquellas personas por la legalidad republicana y eso tuvo efectos jurídicos allí.
  • Porque las autoridades españolas que surgieron de la transición tampoco han entendido esta realidad y eso también ha tenido consecuencias jurídicas en España. Y este es un estado de cosas en torno al franquismo y sus secuelas que está extendido en la Unión.
  • Por eso la lucha continúa, fuera y aquí. Para garantizar este reconocimiento, que es una cuestión para empezar de justicia y especialmente de democracia. Reconocer este sufrimiento y repararlo es fortalecer los valores de la democracia que defendieron estas personas.

Un buen símbolo de este estado de cosas, una consecuencia de lo que aquí se ha contado, es lo que ocurre con la sede del Gobierno Vasco en el exilio que funcionó en París. Fue comprada por militantes nacionalistas exilados en América y cedida al gobierno para ese uso. La incautaron los nazis por orden expresa de Franco, cuanto tomaron París. De allí salió información que costó la vida a personas que, en el interior del España, colaboraban con los aliados. Liberada París se devolvió a sus legítimos propietarios hasta que, en 1951, fue de nuevo incautada por el gobierno francés que reconoció a Franco y entregada a España.

Hoy aquel edificio aloja, como si nada de esto hubiese pasado, el Instituto Cervantes. Queremos recuperarlo y reivindicarlo como parte de la historia viva de la lucha por la legalidad republicana y el antifranquismo. Fue, además, la cuna del Consejo del Movimiento Europeo. El lunes que viene denunciaremos allí mismo, una vez más, esta vergüenza democrática.

 

El tercer panel dedicado a Verdad, justicia y reparación me sirvió para confirmar que la justicia y reparación de las víctimas está pendiente y que necesita verdad. La verdad, el camino de la verdad se llama investigación histórica. Y los trabajos que nos han presentado aquí revelan las muchas caras de la represión franquista, desde la simple eliminación física de los disidentes, al expolio. Además, hemos cargado las pilas, hemos cogido nuevas fuerzas para seguir con las actividades de nuestro grupo de memoria, porque,

 

  • Gracias a este trabajo de investigación histórica y de activismo jurídico, se han movilizado más y mejor las asociaciones de víctimas y se ha evitado que el tema de la Memoria desaparezca de la agenda pública como se intentó.
  • El activismo por la memoria se comunica además en el lenguaje de los derechos humanos y genera empatía y solidaridad. Ha sido decisivo para luchar contra la amnesia.
  • El sistema jurídico español y particularmente sus tribunales de justicia están siendo retratados por el activismo que ha generado la querella y por las actuaciones judiciales que se han generado en el ámbito local. Ya sabemos ahora que la cúpula judicial y algunos partidos apoyan sin reservas la impunidad y la interpretación de la ley de amnistía como Ley de punto final. Eso les enfrenta con la doctrina internacional de las Naciones Unidas y el Consejo de Europa.
  • Esta lucha contra la amnesia no es fácil. Los investigadores se encuentran con dificultades de todo tipo para acceder a documentos, a lugares, a testimonios y también para difundirlos. Quizá porque las tramas que desvelan explican tanto y tan bien mucho de lo malo, oscuro y sucio que ocurre hoy en el Estado Español. Ese estado de cosas humilla doblemente a las víctimas.

Tras redactar estas conclusiones no pude sino agradecer su testimonio a todos los ponentes y reiterarles el compromiso de este grupo de la memoria con estos tres principios. Estamos comprometidos:

1.- Con mantener vivo el “No pasarán”. No pasarán los valores del fascismo y la mercancía averiada de la amnesia. No pasarán por demócratas los que no se comprometan en profundidad y sin reservas con la causa de la memoria democrática.

2.- Con la lucha que continua, porque cada día los problemas de las víctimas y las secuelas de una historia que necesitamos curar perjudican profundamente nuestra convivencia. Es un deber ético y político denunciar que un asunto como la persecución penal del proceso catalán o de la acrítica aceptación por parte de muchos medios de lo ocurrido como un “golpe de estado” solo se explica por esta lamentable trayectoria de impunidad y amnesia.

3.- Con la verdad, con la justicia y la reparación. Porque hay personas que hoy, ochenta años después, sufren. Porque hoy, ochenta años después, cerca de cien mil personas siguen desaparecidas. Fueron asesinadas. Convirtieron en proscritos a sus familiares y se sigue impidiendo hoy que se recuperen historias de personas, de seres humanos, con nombre y apellidos, que perdieron la vida por defender la libertad. Esa situación es incompatible con los valores de la Unión y supone una discriminación con el tratamiento que han tenido en Europa las víctimas de otros regímenes totalitarios.

El lunes, en París hacemos realidad otra actividad guiada por este compromiso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Comentarios (2)

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  1. Io dice:

    Hay que tener mucho morro para airear como «escándalo» que habiendo perdido la guerra, le incautaran los rebeldes victoriosos a los vencidos todo lo incautable, dentro y fuera de España, pero el que el peneuvista de la Torre ordenara saquear las reservas de oro del Banco de España en Bilbao, quieran hacerlo pasar como algo licito, legítimo, legal y honrado.
    ¡Qué cara màs dura!

  2. Io dice:

    «Una svastica sobre el Bidasoa»
    https://www.documaniatv.com/historia/una-esvastica-sobre-el-bidasoa-video_74b059d3a.html

    La verdad se va haciendo paso, con dificultades, pero se va haciendo paso… aunque no le guste a usted.

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