MÁS APOYO EUROPEO PARA INNOVAR EN LA INDUSTRIA DEL PLÁSTICO
El Parlamento Europeo ha dedicado esta tarde casi dos horas de debate a analizar una política europea para la industria del plástico en el marco del movimiento que impulsan las instituciones comunitarias para potenciar la economía circular. Los informes que se han debatido reconocen la importancia de este material en la sociedad actual y proponen medidas tanto para la gestión de residuos de envases de un solo uso que se producen en la actualidad como para propiciar una drástica reducción de los mismos en los próximos años. Este objetivo es especialmente importante después de que China haya cerrado sus fronteras a los residuos plásticos ajenos. En esta reflexión se incluyen consideraciones sobre cómo la flota pesquera europea puede cooperar y recibir compensaciones por ello, cuando colabora en la retirada de los millones de toneladas de plástico que se vierten sin control a las aguas comunitarias. El responsable de este informe ha sido el euro diputado belga Mark Demesmaeker.
La presencia del plástico es tan intensa en nuestra vida, los hábitos que han generado están tan arraigados que abordar con intensidad una profunda transformación de esta industria es de vital importancia. Por una parte, porque resuelve un problema que tiene su más dramática expresión en los miles de toneladas que anualmente acaban en nuestros mares y producen otros fenómenos de contaminación que están comenzando a llegar a la cadena trófica. Por otra parte, porque conseguir integrar esta industria en los parámetros de la economía circular es un proceso gracias al que vamos a aprender mucho especialmente en lo que se refiere a los mercados de materias primas secundarias. Y también a los procesos de modificación de hábitos de consumo que son capitales para que este empeño se culmine con éxito.
Por eso durante el debate he animado a que los programas europeos de innovación “mimen” todos los esfuerzos que se realicen para modernizar la industria del plástico. Las iniciativas a apoyar deben de centrase en eliminar por completo los productos de un solo uso y a reorientar el diseño de los productos plásticos de la tendencia actual, basada en el reciclado a otra más acorde con los principios de la economía circular basada en la reutilización.
Para abordar este reto la Unión dispone de una gran fortaleza: estamos ante una oportunidad que no hay que desperdiciar. La ciudadanía de la unión tiene una sensibilidad creciente sobre los efectos ambientales que produce este material, lo que favorece el necesario cambio de hábitos para avanzar en una revolución necesaria. Un cambio que nos obliga, para empezar, a reciclar mucho más que el 30% del plástico desechable que recogemos ahora con ese fin.
Esta misma conciencia ambiental está impulsando iniciativas tecnológicas que van a centrar el diseño de los envases de plástico en la circularidad, en vez de en el reciclaje. Un movimiento que impulsará la innovación y creará riqueza y empleo sostenibles. Igualmente es de capital importancia disponer de una normativa avanzada sobre residuos como la que ya tenemos y, por supuesto, cumplirla. hay que ser consciente de que en menos de 10 años los residuos plásticos no se van a admitir en los vertederos.
Apoyando la innovación en diseño y creación de nuevos productos, además de contribuir a crear empleo vamos a apoyar un modo de consumo más sostenible. Finalmente hay que trabajar en profundidad en el mercado de materias primas secundarias, la principal condición para poner en marcha con posibilidades de éxito los principios de funcionamiento de la economía circular. Sabemos que diseñar la normativa que regulará el mercado de materias primas secundarias, implantando estándares de calidad y estimulando los cambios con medidas fiscales, es el siguiente paso.
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