JUAN MARI ATUTXA. UNA CONCIENCIA TRANQUILA

 

Juan María Atutxa se asoma a este espacio Ruta Europa porque una institución comunitaria, El Tribunal Europeo de los Derechos del Hombre, puso en su sitio a un tribunal que hizo todo lo prohibido, incluyendo entre sus actividades la vulneración del Convenio Europeo de los Derechos Humanos, para humillar a un ciudadano que se negó a saltarse la ley a la torera. También porque, en su condición de presidente de la Fundación Sabino Arana, custodia miles de documentos que dan cuenta del papel que el PNV tuvo en los albores del proyecto europeo. De entre ellos, rescatamos el cartel que acredita el moderno europeísmo del PNV en el periodo de entreguerras. La significativa imagen luce hoy en la entrada del presidente del grupo ALDE en el Parlamento Europeo. Por eso es interesante hablar sobre Europa con él.

Vasco y ama esa institución. A mí me tocó sustituirle como Presidenta cuando la injusta campaña que acompañó las actividades judiciales en su contra, propicio que unos y otros bloqueasen su acceso a un nuevo mandato que había conquistado muy holgadamente en las urnas. No le ganaron tampoco en las votaciones parlamentarias. Un empate infinito le alejó de una institución que comenzó de su mano una enorme transformación y convirtió al legislativo de Vitoria en líder europeo en servicios de participación digital avanzados. Algunos de los programas que él impulsó, como los sistemas segmentados y proactivos de información y participación digital se están implantando ahora en otros lugares, casi quince años después.

Solo por eso era interesante traer aquí su testimonio. Pero flaco favor haría a mi conciencia si no reconociese que me interesaba publicar esta conversación por mucho más.   No es fácil dejar atrás los malos recuerdos cuando a uno le toca lidiar con frecuencia e intensidad con la cruz de la moneda. Pero es más difícil aún conseguir que los malos tragos no te roben la sonrisa, el sentido del humor. Esa ironía fresca, socarrona, auténtica de la que disfrutamos todos los que conocemos de cerca a Juan María Atutxa. Quizá el secreto resida en no recrearse procesando ponzoña, especialmente si es habitual que la lancen contra uno en píldoras más peligrosas que un insulto. Quizá el mejor burladero contra la tentación del odio resida en saber que destilarlo es estéril. Como el “ojo por ojo” ese pálido retrato de la venganza que, como todo exceso, es siempre desproporcionado. Cuando ese principio se percibe tan claramente en el catálogo de valores de alguien que pudo dejarse llevar tan fácilmente te recomiendo que le escuches con atención porque estás ante uno de los grandes.

A Juan Mari, ETA le tuvo en su punto de mira hasta el final. Ello no impidió que destacados miembros de la cúpula del poder judicial español, alentados sin duda por un personaje de clara vocación totalitaria como José María Aznar, tratasen de destruir su reputación personal y consiguiesen convertirlo en un proscrito mediante una sentencia judicial indecente que fue oportunamente desmontada por el Tribunal de Estrasburgo. La bajeza en la que incurrieron otras instancias para acompañar en el ámbito de la opinión pública la ignominia que perpetraban desde el Tribunal Supremo retrata a sus autores. Porque acusar a Juan Mari de colaborar con ETA como se hizo, lanzar una campaña de desprestigio como la que sufrió y comprobar que fueron muy pocos los que se atrevieron a oponerse a ella fue lamentable. Refleja un desajuste muy serio en el funcionamiento de mecanismos de equilibrio básicos para la salud de cualquier sistema democrático.

Los impulsores de aquel intento navegaban alegres entre “a por ellos”, sonoras declaraciones gubernamentales y lamentables editoriales que releídas hoy deberían avergonzar a quienes las escribieron. Juan Mari resistió. Y ganó. Porque tenía razón. Tuve el honor y el placer de recibir en mano la Sentencia del Tribunal, en Estrasburgo y calentita, leérsela por teléfono a las diez en punto de la mañana del 13 de junio de 1917. Y viví, en directo la emoción con que el protagonista de esta historia culminó catorce años de injusto calvario. Aquí os recuerdo la crónica que dediqué en mi blog a aquellos momentos.

Bombardeado desde dos barbacanas aparentemente tan opuestas, Juan Mari ha esquivado cada proyectil con la templanza que necesita el que se compromete hasta el final con lo más complicado. Porque en su caso tenía la certeza de que vendrían curvas y muy peligrosas, cuando decidió cambiar la política agropecuaria por el combate contra la intolerancia y el fanatismo que tanto dolor sigue causando años después de que callasen los fusiles. Pudo pasar de puntillas, pero se atrevió a llamar a las cosas por su nombre. Pudo ver los toros desde la barrera, pero salió al campo cada vez que era necesario para estar en primera fila, liderando. Y en un euskera luminoso recordó a unos farsantes disfrazados de patriotas que eran, simplemente, unos delincuentes.

Por eso le pusieron en el punto de mira. Por eso, con más determinación que nunca, continuó cuando sabía que de las amenazas verbales habían pasado al plomo y el amonal. Y por eso, porque aprendió en la escuela de la vida que valores como el esfuerzo, la solidaridad y el respeto no se cuentan, se practican, jamás se permitió un coqueteo con el lado oscuro. Eso tampoco se lo perdonaron quienes llevan décadas cosechando coscorrones en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo por saltarse a la torera principios básicos del estado de derecho.

Por eso cuando algunos pretendieron que secundara otra ignominia, cuando le quisieron obligar a conjugar el “todo vale”, cuando quisieron privar de derechos en vigor a votantes y electos Juan Mari dio otra lección. Demostró que estaba dispuesto a darlo todo porque se respetasen los derechos de quienes hubiesen festejado su asesinato. Así que pisoteando leyes, jurisprudencia y yo diría que decencia, unos “jueces” le condenaron por desobediente vulnerando para ello sus más elementales derechos como procesado. Lo dice el Tribunal de Los derechos Humanos de Estrasburgo. La sonrisa que ni unos ni otros han conseguido arrebatar a Juan Mari tiene mucho que ver con su tranquilidad de conciencia.

Catorce años esperando a que amanezca

¿Qué se siente cuando la justicia deja de serlo, cuando se firman autos, resoluciones y sentencias que ignoran los textos legales, la jurisprudencia conocida y aceptada hasta la fecha;

Cuando un tribunal que es juez y parte se da a sí mismo la razón; cuando acaban condenándote por desobediencia por aplicar la ley vigente; Cuándo tardan catorce años en poner en su sitio a los autores de aquel abuso? Juan Mari, persona de corazón grande olvida su propio sufrimiento y solo tiene palabras de agradecimiento para los que mantuvieron el tipo mientras las más altas instancias de la justicia española vulneraban a conciencia la Convención Europea para la salvaguarda de los derechos del hombre y las libertades fundamentales (nada menos)

Renovando votos.

¿Y cómo se llegó hasta esta situación? Juan Maria Atutxa lo tiene claro. Quien respetaba la ley era el Parlamento Vasco. Quienes tomaron la decisión de no disolver el grupo parlamentario de Euskal herritarrok y cargaron con catorce años de indecente calvario lo hicieron movidos por el respeto a una ley que se había dado la propia ciudadanía. Yo no he nacido (detalla cuándo y cómo) ni acepté ser presidente del Parlamento Vasco para pisotear su propio reglamento recuerda Atutxa a quienes injustamente le condenaron.

Una anécdota jugosa.

José María Aznar cuando fue presidente de un gobierno con mayoría absoluta, puso en marcha un sistema de gobernanza que pretendía de facto abolir la división de poderes. Su intervención en el poder judicial fue tóxica y la personalidad de los individuos que promovió para alcanzar este objetivo un reflejo de aquella forma totalitaria y anti democrática de concebir el poder. Juan María Atutxa recuerda en este vídeo el sinsentido de ser víctima de una querella por desobediencia por defender los mismos criterios jurídicos que apenas un año antes había suscrito el fiscal que firmó la denuncia. No tiene desperdicio el encuentro que mantuvo con este personaje con la sentencia de Estrasburgo bajo el brazo. Desvela también la impresión que, en su primer encuentro, le produjo el entonces presidente del Tribunal Supremo y afirma rotundo que el cuándo firmó los autos de la vergüenza, incumplió la ley.

Menos mal que existe el Tribunal de Estrasburgo

Y cuando las cosas están así, nada mejor que recurrir a una instancia, como el Tribunal de Estrasburgo, que al menos está fuera de la melé. Lo lamentable es que haya que llegar a eso cuando el Tribunal Constitucional español en este caso ya pudo resolver esta infamia mucho antes…pero…atención a lo que cuenta en esta entrevista Juan María Atutxa sobre cómo se aplazó la decisión en el que llaman “alto tribunal” hasta que se conformase en el mismo una “mayoría” acorde con lo que “había que hacer” … Estas cosas pasaron, son conocidas, pero no esperéis encontrarlas en los medios que se llenan la boca de defender, presuntamente, la Constitución, las leyes y el estado de derecho.

Una referencia contra la tortura. No todo vale.

La misma sordina suele aplicarse a otro problema por el que Estrasburgo reitera advertencias y condenas contra España. Hablamos de la pasividad, especialmente de la cúpula judicial que habita en el Tribunal Supremo con la investigación y represión del delito de tortura. Juan Mari, ocho años consejero de Interior deja claro cuales fueron su actitud e instrucciones ante esta lacra y anima a que se aprenda de estos fallos del Tribunal de los derechos humanos.

Creerse supremo

Algunas instancias judiciales parecen blindadas ante este tipo de advertencias. Y no hay intención alguna de hacer pedagogía positiva con estas sentencias. La reacción gubernamental ante el varapalo que recibió España por la doctrina Parot (perfectamente previsible y esperado por que era otra aberración jurídica) fue vergonzosa. Tanto que su máximo defensor en el Supremo fue nombrado por el PP Fiscal General del Estado. Esa forma de hacer contribuye a que jueces como Pablo Llarena, instructor de la causa contra los líderes independentistas catalanes ignore la opinión inmensamente mayoritaria entre los especialistas en derecho penal, la de los legisladores que redactaron el código penal o los jueces de otros estados miembros de la Unión que ven en sus autos una auténtica novela de aventuras. Juan Mari Atutxa nos deja aquí su opinión sobre este asunto. Aprender, la verdad, es que no aprenden.

Proporcionalidad

Hablando del caso catalán, ¿Cómo juzga Juan Mari, que fue consejero de Interior una actuación como la desarrollada por las Fuerzas de Seguridad del Estado el uno de octubre del año pasado en las calles del Principado?. Juan Mari lo tiene perfectamente claro: no respetaron el principio de proporcionalidad en el uso de la fuerza que debe guiar toda actuación policial. Para no perderse lo que cuenta sobre la instrucción que tuvo que gestionar y cumplir la Ertzaintza cuando regresaron a Euskadi los restos de Lasa y Zabala.

Una herida en el corazón.

Y hace autocrítica. Aquellos porrazos en un cementerio, impedir que las familias pudiesen despedir a dos víctimas del terrorismo de estado…La solicitud de disculpas era más que una obligación.

Europa un proyecto imprescindible

Juan Mari ha experimentado en carne propia, como sujeto de una sentencia del Tribunal Europeo de los Derechos del Hombre los beneficios que nos aporta estar integrados en la Unión Europea. Custodia además, como presidente de la Fundación Sabino Arana, el patrimonio histórico y político con el que el PNV contribuyó desde su inicio a un proyecto que se adelantó a su tiempo. Un proyecto más necesario que nunca en un mundo que se ha convertido en una aldea.

Un papel para Euskadi

Una Unión en la que la diversidad suma, en la que caben las aportaciones de quienes desde abajo llegan mejor a la gente y se necesitan las facultades que te concede el tamaño en un mundo de actores globales. Hay que adaptar los viejos conceptos políticos a una nueva forma de organizarse. Así lo ve Juan Mari Atutxa.

Mejor enseñar a pescar que dar peces

Para terminar unos apuntes sobre la crisis de los refugiados y la inmigración. La solución, desde luego no es cerrar fronteras y dejar que la gente se ahogue. El humanismo y la solidaridad deben guiar la acogida que se preste a las personas que lleguen, pero Juan Mari echa en falta sobre todo, promover el desarrollo en los lugares de origen. Hace mucho que sabemos que enseñar a pescar es mucho mejor que dar peces.

ETAPAS RECORRIDAS EN RUTA EUROPA:

 I.PEDRO LUIS URIARTE EUROCONCIERTO PLUS FORTE

II.PEDRO MIGUEL ETXENIKE PERPETUUM MOBILE

III.PAKO ETXEBARRIA UNA VOZ CON CONCIENCIA

IV, EL EQUIPO MISIOLAD RAPIDO, DEPRISA

V INAKI LOPEZ. MUCHO MÁS QUE UN COMETA

VI EURNE PASABAN. MENDI TONTORREAN

VII. CARLOS SOBERA.ENTRE BAMBALINAS

VIII. INES ANITUA. SI. SE PUEDE…Y SE DEBE

IX ROBERTO LARRAÑAGA, EL HOMBRE TRANQUILO

X DANI ALVAREZ. PRESTICUERDAVOCALIZADOR

XI NEKANE BALLUERKA. MAGNIFICA RECTORA

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Comentarios (10)

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  1. Io dice:

    A estas alturas, la Sentencia del TEDH en el caso Atutxa y sus 2 colegas es ya firme: debieron ser oídos en el Supremo y no lo fueron, lo que fue contrario al Convenio Europeo de Derechos Humanos.

    Cosa distinta es lo que hubiera ocurrido finalmente a Atutxa y sus 2 colegas si su juicio ante el Tribunal Supremo o hubiera cometido esa torpeza, ese ilícito por el que ha sido condenada España.

    Tengo mi presunción, pero no la haré publica ahora.

    Me limitaré a transcribir un comentario de Pedro Cruz:

    » Con toda humildad, creo que no se ha entendido el sentido de la sentencia. Evidentemente no es necesaria una nueva vista en el Supremo cuando no hay una modificación, sobre lo ya visto en la vista primera.
    Lo que sucede es que en este caso hay un elemento subjetivo del tipo como es la intención.
    Y la intención debería ser valorada por el Supremo, en ese caso, la inmediación judicial en la nueva vista, en la que la parte acusada, debía haber depuesto, es la que no se ha cumplido.
    El Supremo llegó a su conclusión por dedución sin oir a la parte; pero la existencia de la voluntad en este caso como elemento subjetivo del tipo, es necesario y Atucha debería haber sido escuchado en el Supremo. Ya que como dice la propia sentencia de Estrasburgo, es imposible llevar a cabo la evalucación jurídica de la conducta sin demostrar la realidad del comportamiento, que necesariamente implica la comprobación de la intención que no fue apreciada en la instancia anterior al Supremo. (Si he traducido bien la sentencia de Estrasburgo)
    Interesante Precedente para otros casos como El Juicio de Blanquerna en el que los condenados vieron multiplicadas sus condenas por ocho, sin haber sido escuchados en el Supremo, y cuya indefensión ha sido también denunciada por los letrados de las defensas, y está proximo a verse en el Constitucional en Amparo.»

    Y me voy a lo próximo: el funámbulas o del actual Presidente del Parlamento de Cataluña, Roger Torrent, que parece amar el riesgo de cruzar la línea de la desobediencia a resoluciones firmes, legítimas y conforme a Derecho en Catalu
    O sea, que Atutxa y sus dos coleguis no pueden ser modelo para nadie.

    Entiendo la «devoción» personal de mi eurodiputada hacia su antiguo jefe y compadre en el PNV.

  2. Lo Que usted no entiende es el concepto de SEPARACION DE PODERES». En este caso, y as I lo reflejo la primera sentencia, el mandato emitido por el tribunal supremo estaba simplemente fuera de la ley, porque no había, y singue sin haberlo, procedimiento legal para disolver un grupo parlamentario si sus miembros cumplen las condiciones establecidas en el reglamento por mucho que lo pretenda el tribunal Supremo. Aquellos autos eran simplemente ilegales. El colmo del esperpento en aquel caso se produjo cuando el tribunal Supremo, insistiendo en el error pretendió obligar a los diputados del parlamento vasco a impulsar una reforma legislativa para que pudiese cumplirse esa orden y condenó a tres de los cinco miembros de la mesa por el sentido de su voto. Unas actuaciones propias del madurismo venezolano. Según esa «democrática interpretación de la división de poderes el tribunal Supremo se adjudica la capacidad de tener iniciativa y poder legislativo a auto limpio. Vergonzoso. Release la historia del caso y avergüéncese del país que tiene unos jueces tan indecentes como los que propiciaron esas actuaciones y aquel fallo. FASCISMO con letras mayúsculas.

  3. Io dice:

    Su rotunda afirmación es sólo ruido, mi señora eurodiputada: si entiendo el concepto de LA SEPARACIÓN DE PODERES.

    Como entiendo también el de FRAUDE DE LEY.

    Aquí, hablando de ATUTXA y de sus dos coleguis, sostengo que el amparo obtenido del TEDH lo fue, por no haber sido escuchados directamente por el Tribunal Supremo en aquel procedímiento, lo que suposo una violacion del Convenio por la que ha sido condenada España. Y nada tengo que decir a esa condena, una vez devenida firme.

    Lo que el TEDH no dijo, ni podía decir entonces en su decisión, es lo que usted pretende, que la actuación del trío desobediente lo fue en aplicación del principio de separación de poderes y para defender el sistema democrático. Aquella actuación del trío desobediente fue una artimaña en fraude de ley dirigida a plantar un pulso al Estado constitucional.

    Los Estados democráticos y España lo es, cometen excesos en el ejercicio del poder, como evidencian las Sentencias condenatorias del TEDH que afectan y han afectado a todos ellos, en diferente grado, aún limitando nos sólo a los socios de la Unión Europea. Ello no hace de mejor condición los comportamientos de fraude de de ley, ni los de deslealtad constitucional, perpetrados desde instituciones y desde poderes de unidades subestatales en la España democrática.

    Las tensiones políticas en España han de ser resueltas politicamente, en mi humilde opinión, lo que no invalida la realidad que defiendo de que imponer la primacía de la Constitución frente a la voluntad rebelde de quienes aspiran a conculcarla, es una excelente medida política, legítima y democrática.

    Saludos, señora.

  4. lease la primera sentencia emitida sobre este caso en el tribunal Superior de justicia del país vasco. Corregida para vergüenza de la democracia española por el mismo tribunal supremo que era el origen de la actuación en litigio. Todo un ejemplo de enorme chapuza jurídica y democrática. Un tribunal que procede con toda la desvergüenza del mundo, pisoteando doctrina constitucional, cambiando la suya propia sobre el caso Botín, etc., a darse a si mismo la razón. Los actos parlamentarios en todas las democracias del mundo digna de tal nombre no se pueden perseguir penalmente. Y todas estas decisiones fuero actos parlamentarios.

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