PREPARANDO NUESTRAS APORTACIONES PARA LA NUEVA POLITICA AGRARIA EUROPEA
El pasado viernes tuve la ocasión de intercambiar impresiones con profesionales del sector agrario vasco agrupados en torno al sindicato ENBA, con las instituciones y con compañeros eurodiputados las perspectivas que se abren para reformar la Política Agraria Común. Como sabéis esta es la política con más tradición y la mejor dotada de las que maneja la Comisión Europea y vive ahora presa de varias incertidumbres. Con ese objetivo ENBA organizó un seminario centrado en esta cuestión.
Para empezar el sector en su conjunto se enfrenta al reto de mejorar su productividad para incrementar la producción de alimentos sin desarrollar técnicas que puedan afectar negativamente al medio natural. Como en todos los sectores económicos la innovación va a ser una de las palabras clave en la próxima década y proyecta ya tanto a las tecnologías como a los aspectos biológicos y genéticos de los cultivos. Ello implica formación y anima a una renovación que debe incluir la entrada de nuevos y jóvenes profesionales en el sector.
En segundo lugar el Brexit va a provocar dos efectos en la PAC. Por una parte se reducirá el presupuesto. Por otro lado algunos sectores con fuerte presencia en el mercado británico se preguntan ahora cómo afectará la salida del reino unido a sus posiciones allí.
Finalmente ha llegado la hora también de acabar con la complejidad administrativa que conllevan estos expedientes europeos y de avanzar en el reconocimiento de la diversidad del sector productor sin perjudicar por ello la estabilidad del mercado único. Se impone reforzar la proximidad y en eso soy de las que piensan que la clave está en lo que llaman en Bruselas “las regiones”.
Con el objetivo de analizar estas cuestiones ante la inminente apertura del debate para darles respuesta a nivel europeo participé en una mesa redonda junto a mis compañeros Esther Herranz (PP) Josu Juaristi (EH Bildu).
Por mi parte yo anuncié que voy a defender una batería de propuestas para propiciar el relevo generacional en el sector primario y mejorar las rentas de sus profesionales. Los anunciados recortes en el presupuesto comunitario para el sector y la incidencia del Brexit en este aspecto y en algunos sectores productivos, junto al análisis de las deficiencias observadas en la actual PAC obligan a plantear cambios profundos. Además de simplificar las políticas y los procedimientos para acceder a los programas europeos, la nueva PAC debe reflejar y atender toda la diversidad de la agricultura europea. Igualmente debe aproximarse más a sus beneficiarios. Eso solo puede hacerse de una manera: acercando la planificación y ejecución a las regiones que son las que tienen una relación más estrecha con el sector productivo.
Otra imprescindible exigencia es poner en marcha las medidas necesarias para mejorar la posición de los profesionales en la cadena de valor, fomentar la innovación y la incorporación de nuevos y jóvenes profesionales son medidas imprescindibles para responder al reto de incrementar la productividad del sector y propiciar que pueda seguir contribuyendo a mitigar el cambio climático y mejorar el medio ambiente.Hasta hora los documentos elaborados por la Comisión plantean elevadas exigencias al sector productivo desde la perspectiva del cambio climático y el medio ambiente pero no garantizan que los profesionales vayan a recoger esas aportaciones no estrictamente productivas en rentas a través del mercado. Por ello insistí en que debe garantizarse la renta de los profesionales centrando las ayudas en los agricultores activos, los que realmente reciben sus ingresos del sector, mejorando su posición en la cadena de valor, propiciando mecanismos de intervención en los mercados para combatir la volatilidad y las crisis de precios y fomentando fondos de garantía de renta para el sector como los que funcionan en los U.S.A y Canadá. Igualmente hay que mejorar los sistemas de aseguramiento y el apoyo a la formación y apostar especialmente por la innovación.
Estos son factores que deben ser parte de la vía europea que debe garantizar el relevo generacional en el campo completando así las políticas que desarrollan los estados miembros por la vía fiscal y la de la ordenación del territorio. Las principales medidas deberían orientarse a propiciar escenarios estables y previsibles que animen las vocaciones agrarias, mejorar el acceso a las tierras y la financiación para los primeros establecimientos y poner en marcha políticas de desarrollo rural que ayuden a mejorar la calidad de vida en el medio rural y propicien igualmente la conciliación. Nada más motivador que demostrar que el sector primario puede ser fuente de empleos dignos y de calidad, como creo firmemente que puede ocurrir si los productores participan mucho más en procesos como la transformación y la comercialización, vía cooperativas y mediante procesos de venta como las llamadas “cadenas cortas”.
A esos efectos aposté también por una agenda rural europea que plantee una visión integral de la mejora de la calidad de vida en el medio y combine programas procedentes de la propia PAC y de fondos de desarrollo regional y del fondo social europeo. Porque una cosa son las rentas que eres capaz de generar con tu trabajo y otra los servicios en el medio rural. Y en mejorarlos hay que seguir trabajando muchísimo
Otro factor básico sobre el que trabajaremos en nuestras enmiendas es la necesidad de visibilizar, reconocer y potenciar el papel de las mujeres que se dedican profesionalmente al sector. Su papel como profesionales y su aportación hasta ahora invisible en trabajos que no se reflejan en el PIB, es fundamental para mantener la población en el medio. Por ello hay que profundizar en medidas como las del estatuto vasco de la mujer agricultor un ejemplo en el ámbito europeo. Tanto que enmiendas basadas en el mismo son parte nuclear de un informe que presentará el Parlamento Europeo en las naciones Unidas centrado precisamente en el empoderamiento de las mujeres que viven y trabajan en el sector primario.
Finalmente, hay que dar un verdadero vuelco a los pagos directos. Yo soy contraria a mantener las vinculadas a derechos históricos y defiendo, en cambio, focalizar esfuerzos en cultivos en dificultades o productos que se quieran promover. Finalmente alerté contra el peligro de que se permita una PAC a la carta estado a estado lo que podría afectar a la unidad y cohesión interior del mercado.
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