ETIQUETAS PARA IDENTIFICAR LOS PRODUCTOS SOSTENIBLES, CLAVE PARA LA PESCA ARTESANAL
La necesidad de disponer de una etiqueta que identifique en el mercado el pescado obtenido por las flotas artesanales mediante técnicas de pesca sostenible y la utilización de procedimientos transparentes independientes y creíbles que otorguen garantías a estos mecanismos de identificación han sido las dos conclusiones fundamentales del seminario organizado por el grupo ALDE en la Eurocámara sobre la calidad de los productos de la pesca. Os aconsejo que escuchéis a Alfonso Alcaide Nuñez. Es el gerente de la primera denominación de origen europea aplicada a un producto pesquero.
Lo que cuenta, lo que cuentan muchos productores pesqueros como él la realidad que nos animó a organizar este seminario. Su contenido responde a las inquietudes de todo el sector europeo de la pesca artesanal y a pequeña escala. Sus principales problemas se centran en la inexistencia de una definición europea para esta actividad, debido a las discrepancias sobre los parámetros que deben emplearse para hacerlo, y la ausencia de un sistema de etiquetado que permita a los consumidores distinguir los productos pesqueros extraídos de las aguas por este tipo de pescadores. El sector garantiza que ofrecen productos de alto valor nutritivo y organoléptico, y obtenidos con técnicas menos agresivas para los peces y el medio, es decir, sostenibles. Además destaca la importancia que estas actividades pesqueras tradicionales tiene para el mantenimiento de la población y las expectativas de desarrollo de las comunidades costeras.
Nuestra intención al impulsar esta iniciativa es precisamente esa, apoyar la puesta en marcha de un sistema de etiquetado que ayude a las producciones pesqueras de este tipo a abrirse paso en un mercado en el que existen oportunidades para los productos que garantizan calidad, que han sido pescados con técnicas sostenibles y que tienen especial importancia para el desarrollo de las comunidades costeras locales.
La seguridad alimentaria siempre está vinculada con producciones primarias sostenibles. En las producciones pesqueras el respeto del medio ambiente y el uso de técnicas de extracción sostenible es una garantía de calidad del pescado que llega a nuestros platos.
La pesca a pequeña escala y artesanal reúne todos los requisitos ambientales y técnicos de una actividad sostenible, por lo que está en inmejorables condiciones para ofrecer productos de calidad. La renta de las comunidades costeras tiene una fuerte relación con la posibilidad de que los consumidores identifiquen el origen y el tipo de arte utilizado en la captura de peces y con la posibilidad de seguir el camino de un pescado de un buque a nuestro plato.
Por eso reivindico una política europea de etiquetado como factor clave para promover el desarrollo económico y mejorar la vida de las comunidades costeras. Dicha medida debería ser solo una consecuencia de la puesta en marcha de una necesaria definición de la pesca artesanal y a pequeña escala que es la gran ausente de la Política pesquera Común. Esta definición, debería contemplar la contribución de la pesca sostenible en los ingresos locales, la participación de los pescadores en toda la cadena de valor y la relación que tiene este hecho con la supervivencia y desarrollo de las comunidades pesqueras y sus posibilidades de diversificación, más que aspectos menos relevantes como el tema o de las embarcaciones.
Para abordar el estado de la cuestión y tratar de entender las resistencias que existen para poner en marcha este tipo de etiquetado hemos contado con un ramillete de expertos. Es evidente que las etiquetas permitirían a los productores participar más intensamente en toda la cadena de valor del negocio de la pesca. Mi compañero Antonio Marinho e Pinto, eurodiputado de ALDE ha destacado que la producción de los mares genera beneficios de todo orden, especialmente en el ámbito del empleo y el desarrollo. Por ello no comprende que no se apueste de manera más intensa por la protección. Del mismo modo aboga por unos precios mínimos para los productores primarios y denuncia el alejamiento de los productores de las partes más jugosas de la cadena de valor. También ha puesto el dedo en la llaga sobre un hecho especialmente llamativo en el primer mercado del mundo para los productos pesqueros: el fraude en él no tiene la misma repercusión que en otros sectores alimentarios. Igualmente ha apostado por una mejor y más intensa persecución del “pillaje pesquero”. Si hay un ámbito en que ecología y economía convergen es en la pesca. “No podemos llevar a casa lo que no conocemos” ha dicho.
En el seminario ha participado el jefe de unidad de Comercio y mercados de la DG mare en la Comisión Europea Christian Ramboud que se ha centrado en explicar que las prioridades del ejecutivo comunitario son garantizar la seguridad alimentaria y de abastecimiento y explicado la complejidad del sistema que permite alcanzar estos objetivos. Igualmente ha anunciado que en el próximo semestre cerrarán y enviarán al Parlamento una propuesta sobre ecolabel que en alguna medida puede abrir camino en las peticiones recurrentes del sector de pesca artesanal.
Por su parte el presidente del Consello Regulador del Mexillon de Galicia ha presentado una experiencia práctica en materia de etiquetado la de la primera producción pesquera con denominación de origen. En su opinión hay que dar una respuesta satisfactoria a la voluntad de los consumidores. Un 75% de ellos aspiran a que se les informe sobre el origen del producto que compran. El 43% de ellos quería comprando estos productos contribuir al desarrollo local. Más del veinte consideraba que declarar el origen garantiza la calidad. Un 13% vinculaba el etiquetado con origen a cuestiones medioambientales y más de un 10% vinculaba origen a calidad.
En el seminario ha intervenido igualmente Hans Nieuwenhuis Director general en Europa del Marine Stewardship Council, una organización internacional dedicada a buscar reconocimiento social y comercial para la pesca sostenible y responsable que expide certificados “MSC”. Este especialista holandés ha detallado cuales son los elementos clave para que un sistema de ecoetiquetado funcione. La Transparencia, independencia y credibilidad del proceso de certificación son fundamentales. No son sin embargo suficientes si no se combinan con actuaciones de marketing para explicar el alcance de la certificación y medidas para estimular la conciencia de los consumidores al respecto. Los que comen pescado en porcentaje muy elevado (90%) consideran muy importante la sostenibilidad de las prácticas pesqueras y en más de un 45% se muestran dispuestos a buscar e identificar productos sostenibles.
Por su parte Roberto Ferigno presidente de la coalición de organizaciones no gubernamentales contra la pesca ilegal ha aportado también su visión al panel de expertos. En su aportación Ferrigno ha puesto el acento sobre la necesidad de extender el modelo europeo contra la pesca ilegal a nivel global y mejorar tanto su implementación como las medidas de control para propiciar su cumplimiento por la flota europea. El diálogo con países terceros y medidas para evitar la importación de productos procedentes de la pesca ilegal, no declarada ni reglamentada son muy importantes.
Lasse Gustavsson director de Oceana en Europa, una organización centrada en la protección de los mares, ha puesto el acento en que el principal mercado de consumidores de pescado del mundo es fundamental para impulsar la sostenibilidad de la actividad pesquera. Ha exhibido, en apoyo de la necesidad de incrementar el control, los impactantes datos de un estudio efectuado en los propios restaurantes de las instituciones europeas o adquirido en Bruselas que demuestra que existe un enorme nivel de productos sin etiqueta o mal etiquetados y que de esa práctica se sacan beneficios económicos. Por ello cree que los gobiernos deben garantizar un sistema transparente que garantice la trazabilidad y el control. Aconseja a los consumidores otra actitud más exigente sobre la información que le proporcionan y más vigilante sobre cualidades y precios de productos improbables si son de la calidad que se anuncia.
En definitiva un debate más que contribuye a insistir en una idea principal. La mayor parte de los beneficios que genera el mercado de productos de la pesca no queda en manos de los productores, especialmente en zonas en las que esa fuga de renta es crítica para la supervivencia y desarrollo de las mismas. Identificar esas producciones, incorporar a mlos productores a toda la cadena de valor y garantizar que lo que se vende responde efectivamente a lo que se anuncia es el primer paso.
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