LA VERDAD SOBRE EL CASO EGUNKARIA

Ayer a última hora de la tarde, o por mejor decir, a primera hora de la noche, tuvimos en Estrasburgo un debate sobre libertad de expresión y libertad de prensa en Europa. La verdad es que este es otro de los temas en los que con más claridad de percibe en Europa el relativismo con el que se abordan estas cuestiones. Por la mañana habíamos visto ya cómo las autoridades de la comisión se resistieron a decir algo tan simple como que las deportaciones en masa de gitanos en Francia vulneran los tratados de la unión. Ese es un hecho indiscutible, pero, La France manda y mucho en Europa. Así que los esfuerzos del presidente Barroso, por ejemplo, para no ofender a Francia con este asunto resultaron «conmovedores».

Por la noche, en el debate sobre libertad de expresión tuvimos otra cara de la misma moneda. Los dos grandes grupos se echaron los trastos a la cabeza por la situación italiana, en la que la posición de dominio de Berlusconi sobre los medios es, sencillamente, un escándalo. Pero mientras los socialistas lo consideran así, el PP cree que es un simple ejercicio empresarial. Salieron a la palestra casos como los de Rumania o Bulgaria y algún eurodiputado español suscitó los casos de Telemadrid o Canal 9 la televisión de Valencia por sus coberturas informativas de casos como el Gurtell o los asuntos de espionaje de la comunidad de Madrid. 

Entonces llegó el turno de Euskadi. Yo creí mi deber recordarles a todos aquellos apasionados oradores y también a las autoridades comunitarias que, en toda Europa no se ha producido en lo que llevamos de siglo XXI un caso como el de Egunkaria. Nada menos que una sentencia judicial, eso si, siete a os después, ha venido a reconocer que  se produjo el cierre de un periódico de modo arbitrario, sin cobertura legal y con graves prejuicios de todo orden para miles de personas, profesionales y lectores. Les dije que ese era un hecho objetivo e incuestionable y que seguía esperando, como vasca, algún tipo de reacción oficial ante un hecho tan grave, tan injusto y tan incalificable como el protagonizado por el inefable juez Del Olmo en los tiempos del pensamiento único y las mayorías absolutas del señor Aznar López. Se sigue oyendo el silencio…Así que he optado por enviar a la comisaria Neelie Kroes, responsable de la agenda digital, holandesa y encargada ayer de lidiar con el debate el contenido completo de la sentencia a ver, si después de leerla alguien considera que lo ocurrido con un periódico pequeño, es verdad, escrito en una lengua no oficial en Europa, es verdad, pero con los mismos derechos que caben a cualquiera de las miles de publicaciones que ven la luz cada día en Europa merece un poco de atención. Ayer les repetí que zanjar el asunto con el silencio, cuando no con el desdén, es la mejor manera de facilitar que un asunto tan feo como este pueda repetirse.

Aquí os dejo la intervención que hice ayer en el pleno.

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Comentarios (3)

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  1. juanan dice:

    Lo bueno es que, a diferencia del caso frances, Espana no «manda mucho» en Europa. Y algo menos aun despues de la, ehem, digamos… reciente presidencia espanola.

    Lamentablemente, Euzkadi manda menos aun.

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