A COLOMBIA PARA ACOMPAÑAR EL REFERÉNDUM SOBRE EL ACUERDO DE PAZ

Con el presidente Juan Manuel Santos durante su visita a Bruselas en 2014

 

Acabo de confirmar que la próxima semana participaré en la delegación oficial que el Parlamento Europeo enviará a Colombia para asistir al referéndum en el que la ciudadanía de aquel país debe pronunciarse sobre los contenidos del recién firmado acuerdo de paz entre las FARC y el Gobierno de Colombia. La consulta tendrá lugar el domingo dos de octubre. Para mí es un motivo de enorme satisfacción porque he sido una incondicional partidaria de este acuerdo, he estado permanentemente informada de la marcha de las negociaciones y he recibido la noticia de su firma con una enorme alegría.

Se suele decir que la paz no tiene precio, pero en Colombia conocen muy bien el precio de la guerra. Más de cinco décadas de constantes violaciones de derechos fundamentales, de violencia e inestabilidad lastraban las posibilidades de desarrollo de un país que tiene una enorme potencialidad y que en algunas de sus más prósperas regiones tiene señaladas influencias de la temprana presencia de vascos que fueron muy relevantes en la economía y la sociedad.

Por esas mismas razones fui desde el principio defensora a ultranza del acuerdo de comercio entre Colombia y la UE. La prosperidad que puede aportar al país, la capacidad de desarrollo y la progresiva mejora de los estándares laborales y sociales es otro impulso para un proceso al que tiene derecho las y los colombianos. Yo defendí durante toda la negociación que las trabas que se pusieron suponían una doble victimización de la ciudadanía de Colombia, sufridora de las vulneraciones de los derechos fundamentales y de los obstáculos que estas violaciones plateaban para la firma del acuerdo.

 Mi papel en este tema se vió muy reforzado por mi condición de vicepresidenta del grupo de europarlamentarios que trabajan desde la Eurocámara en las relaciones entre Europa y los países de la Comunidad Andina formada en la actualidad, tras la marcha de Venezuela, por Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador. En esa condición he desarrollado un intenso trabajo apoyando dos cuestiones básicas para Colombia: la firma del acuerdo comercial con la UE y el apoyo político dispensado desde las instituciones comunitarias a las negociaciones y proceso que han conducido al acuerdo de paz cuyos contenidos se van a someter a consulta popular el próximo dos de octubre.

En estos años he realizado varios viajes a Colombia para con este objetivo, mantener encuentros con agentes institucionales, civiles y económicos incluidas varias reuniones con el presidente del país Juan Manuel Santos. En una ocasión llegué incluso a publicar en mi blog una entrevista con el mandatario colombiano en la que Santos hizo un pronóstico plenamente certero sobre la evolución del proceso de paz.  Igualmente participé en los contactos que Juan Manuel Santos mantuvo en Bruselas en 2014 durante su visita a las instituciones comunitarias en búsqueda de apoyos para el proceso de paz. El pasado mes de enero fui la responsable de negociar en nombre del grupo ALDE una resolución en apoyo al proceso de paz en Colombia con el resto de los grupos de la eurocámara, cuyo texto salió adelante por amplia mayoría.

 En todo caso desde que hace siete años el embajador de Colombia en Bruselas nos presentó el esquema de negociación del proceso, contó con nuestro apoyo incondicional. Estaba excelentemente planteado y se ha desarrollado de acuerdo con unas etapas y una lógica que ha sido muy importantes para el éxito de un proceso que espero ratifiquen por abrumadora mayoría los ciudadanos y ciudadanas de Colombia. La mission de acompañamiento a esta consulta ciudadana tiene previsto desplazarse al país andino el próximo 30 de septiembre. Ya os contaré como resulta esta interesante experiencia.

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